WHRD-IC lamenta el asesinato de la líder indígena y activista feminista Berta Cáceres
La Coalición Internacional de Mujeres Defensoras de Derechos Humanos (WHRD IC) exige justicia para Berta e instamos al gobierno de Honduras y a la Comunidad Internacional a detener la violencia contra las defensoras de derechos humanos.
“He sido perseguida no solo por ser una líder política sino también por ser mujer, por ser lenca. En este país no es lo mismo ser un líder hombre que una líder mujer. Viene con una carga muy pesada.”
Berta Cáceres
Berta Isabel Cáceres Flores fue una defensora de derechos humanos y prominente activista lenca y feminista de Honduras. La mañana del 3 de marzo del 2016, Berta Cáceres fue asesinada mientras dormía, en su casa en Intibucá, Honduras.
Berta era la Coordinadora General del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH) e integraba la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en Honduras. Ella lideró la lucha por los derechos del pueblo indígena lenca y contra la construcción del proyecto hidroeléctrico de Agua Zarca, por parte de la compañía hondureña Desarrollos Energéticos S.A. (DESA). El Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), el Banco de Desarrollo Holandés FMO y Finnfund de Finlandia financian dicho proyecto mientras que Voith Hydro (Siemmens) proporciona el equipamiento. Luego de este y otros asesinatos y ataques violentos, FMO y Finnfund anunciaron su intención de retirarse del proyecto Agua Zarca.
Este asesinato político está dirigido a silenciar la oposición popular ante un modelo de desarrollo destructivo y basado en el lucro que la empresa y las autoridades estatales han impuesto por la violencia. Berta fue asesinada porque enfrentó a las elites económicas y políticas del país en su lucha por la vida, la justica y el medio ambiente. Fue constantemente atacada debido a su trabajo por los derechos humanos y también por ser una mujer indígena.
La vida de Berta corrió grave peligro durante mucho tiempo y recibió incontables amenazas de muerte. Fue víctima de ataques, amenazas y acoso sexual por parte de personas asociadas a DESA, así como también de arrestos arbitrarios y criminalización por parte de funcionarios e instituciones estatales hondureñas. Por ese motivo, en 2009, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) le otorgó a Berta medidas cautelares de protección .
“Me amenazaron de muerte. Recibí amenazas por el móvil. Acoso sexual por parte de los guardias de seguridad de esas compañías. Recibí amenazas contra mi familia, hacia mis hijas, mi hijo”. (Berta Cáceres, mayo de 2014, Jacobin)
La WHRDIC advierte que el asesinato de Berta es un síntoma de la reacción global adversa contra las defensoras. Las luchas por la tierra y el territorio conllevan riesgos particulares porque se enfrentan a poderosos actores corporativos. En todo el mundo, las mujeres indígenas lideran luchas para proteger sus territorios, y oponerse a la explotación y el abuso contra los pueblos y la naturaleza. Ellas enfrentan paradigmas que priorizan las ganancias por encima de las personas así como también las arraigadas estructuras sociales del patriarcado y la supremacía blanca.
“Pienso que sería más fácil confrontar a las transnacionales y al ejército que enfrentar el patriarcado, dado que al mismo lo encontramos por todos lados.”
Cuando las mujeres ocupan el liderazgo, están desafiando las normas de género y a menudo cuestionan la cultura patriarcal perpetuada por comunidades, estados y corporaciones. Por consiguiente, las defensoras son sometidas a violencia de género y sexual, así como a intimidaciones, relacionadas con su ser mujeres. Las amenazas contra sus familias y seres queridos buscan forzarlas a abandonar su trabajo por los derechos y la justicia, que es de enorme importancia.
Ante el aumento de la violencia letal en el mundo entero, los Estados tienen la responsabilidad de actuar en pos de una seguridad integral que contemple aspectos específicos de género y la protección a las defensoras. Actualmente, los Estados tienen la oportunidad de expresar un auténtico compromiso con las defensoras en dos procesos claves de Naciones Unidas. Como una forma de cumplir con sus obligaciones, los Estados Miembros de Naciones Unidas pueden suscribir las medidas de protección debatidas en la Comisión de la Condición Social y Jurídica de las Mujeres (CSW por su sigla en inglés) y negociadas en la 31° Sesión del Consejo de Derechos Humanos a través de la Resolución sobre Defensores de Derechos Humanos.
La WHRD IC reitera que las medidas de protección para las defensoras no pueden ser desligadas de un análisis específico de género que esté basado en un marco interseccional de raza, etnicidad, clase e identidad sexual.
“Nosotras (compañeras del COPINH) no aceptábamos esa vaina de que había que luchar ahorita contra las transnacionales y después contra el racismo y por último contra la violencia hacia las mujeres. Todos la vivimos desde múltiples formas. La dominación se vive desde múltiples formas que al final es una sola, y que las mujeres somos las más jodidas, entonces que la lucha tenía que ser múltiple, diversa, reconociendo esas múltiples formas de dominación. ”
Celebramos la claridad y coherencia de la opinión y acción política de Berta, su enorme generosidad hacia las personas y la naturaleza; su rebeldía constante para resistir a las instituciones poderosas y a las ideologías del lucro, patriarcales y racistas que las justifican. Nos unimos para crear alternativas a los sistemas globales de dominación económica y patriarcal, y de explotación de vidas humanas y recursos naturales. Con el espíritu de la solidaridad feminista, reafirmamos nuestro compromiso con la visión de Berta que vincula entre sí la vida humana, la igualdad social y la justicia ambiental.
Exhortamos al gobierno de Honduras a
Garantizar una investigación imparcial y transparente con la colaboración y supervisión de los mecanismos regionales e internacionales de derechos humanos, principalmente la CIDH;
Asumir inmediatamente la responsabilidad de acabar con la represión y la violencia letal contra integrantes de COPIHN y contra todas las mujeres y hombres que defienden los derechos humanos; y a cumplir plenamente con las medidas cautelares otorgadas por la CIDH a la familia de Berta, a COPINH y la Red de Defensoras de Derechos Humanos de Honduras;
Reconocer su responsabilidad en cuanto a no haber implementado medidas de protección adecuadas para Berta Cáceres y no haber investigado los ataques y amenazas previos hacia Berta y COPINH;
Tomar medidas para acabar con los asesinatos, persecuciones y criminalización de todas las personas que defienden los derechos humanos y activistas ambientales; comprometerse con su protección y seguridad individual y organizacional; y desarrollar medidas de protección que contemplen la especificad de género para las defensoras;
Eliminar todas las restricciones de circulación para el testigo del asesinato de Berta – Gustavo Castro Soto, coordinador de Otros Mundos/Amigos de la Tierra México – y a garantizar de manera inmediata su regreso seguro a México.
Exhortamos a DESA, FMO y Finnfund a
Retirarse definitivamente del Río Gualcarque y poner fin a la muerte y destrucción que el proyecto Agua Zarca trae para las comunidades locales;
Consultar a las comunidades indígenas y a las mujeres antes de dar inicio a cualquier proyecto, y retirarse de todo proyecto que haya sido impuesto de manera no democrática sobre las comunidades y contra su voluntad;
Tomar medidas proactivas para prevenir violaciones contra las/los defensoras/es de derechos humanos por parte del personal de sus empresas, incluido el personal de seguridad.
Exhortamos a los gobiernos de Países Bajos y Finlandia a
Indicar a FMO y al Fondo Finlandés para la Cooperación Industrial (Finnfund) a que dejen definitivamente de invertir en el proyecto Agua Zarca y a monitorear ese proceso.
Invitamos a las organizaciones de la sociedad civil de todo el mundo a
Continuar monitoreando el progreso hacia una investigación independiente y transparente;
Concientizar sobre los riesgos específicos que las defensoras enfrentan por su género, y a promover medidas adecuadas de protección para ellas;
Reconocer y respetar el trabajo fundamental que llevan a cabo las defensoras en la resistencia al patriarcado, el racismo, el sexismo y la homofobia, entre otras importantes causas que reivindican en su labor de derechos humanos y en sus luchas por la justicia.
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