Brutalidad policial en contra del COPINH y OFRANEH
Tegucigalpa (Conexihon).- La
Policía Nacional desalojó de forma violenta una manifestación pacífica,
que realizaban miembros del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e
Indígenas de Honduras (COPINH) con la Organización Fraternal Negra de
Honduras (OFRANEH), frente a las instalaciones del Ministerio Público
(MP).
La violencia policial se
desató, justo en el momento que los pueblos garífunas y lencas
realizaban una ceremonia espiritual, desde las cosmovisiones de ambos
pueblos, cuando inició el lanzamiento de gases y agua desde una
tanqueta.
Los Manifestantes fueron
perseguidos por varias cuadras, hasta llegar al Hospital San Felipe,
recibiendo decenas de gases lacrimógenas y gas pimienta lanzado por una
tanqueta, según pudo constatar el Comité por la Libre Expresión.
Durante
la persecución, la Policía Nacional y miembros del Comando de
Operaciones Especiales (Cobras), hicieron un uso indiscriminado de la
fuerza, lanzando gases en contra de niños, niñas y ancianos, afectando
además vecinos de los alrededores del MP, clientes y trabajadores de
negocios que se encuentran en el trayecto hasta el Hospital San Felipe.
«Quien ha dicho que manifestarse
es un delito, no concebimos que se nos trate de esa manera» dijo Mirian
Miranda Coordinadora de OFRANEH y agregó no es posible que nos traten
como si no fuéramos hondureños.
Desde
hace cuatro días, el COPINH había anunciado una movilización de
resistencia por la tierra y por los ríos que terminaría con una
conferencia de prensa frente al ente acusador del Estado, para «exigir
justicia por el asesinato de la Coordinadora Berta Cáceres Flores, una
comisión internacional independiente para investigar su asesinato, y la
cancelación inmediata de la concesión otorgada a la empresa DESA para
desarrollar la presa Agua Zarca en Río Blanco, junto con todas las demás
concesiones mineras e hidroeléctricas en territorio indígena lenca».
En
la represión contra el COPINH, la Policía Nacional muestra un patrón de
violencia, en contra de cualquier tipo de manifestaciones públicas,
convocada por organizaciones sociales y políticas en Tegucigalpa.
La
Relatoría Especial de Libertad de Expresión de la Organización de
Estados Americanos ha establecido, que «El derecho a manifestarse
públicamente es un elemento esencial de la libertad de expresión. En
muchas ocasiones, las protestas callejeras, los cortes de vías de
comunicación o las reuniones públicas son el único mecanismo disponible
para amplios sectores de la sociedad que no tienen o ven enormemente
dificultado el acceso a los medios de comunicación masiva».
Los
estándares internacionales establecen que, «si bien es cierto que el
Estado tiene el deber de garantizar la seguridad ciudadana y el orden
público, debe hacerlo respetando los derechos de las personas, entre los
que se encuentra el derecho a manifestase pacíficamente. Cuando la
respuesta policial consiste en el uso de la fuerza de forma
desproporcionada y no focalizada, sin atender a la magnitud de los
desórdenes que se trata de controlar, y sin distinguir a las personas
que provocan estos incidentes de manifestantes pacíficos; se vulneran
los compromisos internacionales asumidos por los Estados en materia de
derechos humanos».
Policía Agrede a defensor de derechos humanos
Durante
la represión en contra del COPINH, el defensor de los derechos humanos
Carlo Antonio Jiménez miembro del Equipo Legal de C-Libre, fue agredido
por miembros del Comando de Operaciones Especiales (Cobras).
Jiménez
fue golpeado e insultado por la policía, a pesar que se identificó
plenamente como defensor de los derechos humanos e intentaron llevárselo
detenido, acción que no se concretó por la intervención de otros
defensores y defensoras de los derechos humanos.
Las
explicaciones ofrecidas por el defensor al ser requerido de manera
violenta, fueron ignoradas y las respuestas policiales fueron que no les
importaba, seguido de una serie de palabras soeces en contra del
procurador.
Comité por la Libre Expresión.
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